Todos conocemos a una persona fresca, o, por decirlo de otra forma, una conchuda.
Yo nunca creí, que esta persona sería mi profesora.
Hace algunos ciclos, fui a la primera clase de algún curso de la facu. Llegué temprano, y encontré a algunas personas en la puerta.
No recuerdo la hora exacta de inicio de la clase, se que era en la noche, pero bueno, digamos que era a las 7pm.
Bueno, dieron las 7pm, y ya estaba la gran mayoría de los alumnos en el salón. A las 7:15pm, él o la profe (era primer día de clases, no sabíamos si era él o ella) no daba señales de vida.
A nosotros no nos importaba mucho, total, era primer día, no había mucho por hacer.
La cosa es que dieron las 7:30pm, y él/la profe, nunca llegó; así que anotamos en un papelito nuestros nombres y lo dejamos en mesa de partes, y nos fuimos contentos porque llegaríamos temprano a nuestras casas.
Una semana después, fuimos a clase, esperando una explicación coherente y justificada de la profe (recién descubrimos que era Ella)
Lo gracioso, y sorprendente, fue escuchar la excusa:
“No saben lo que me pasó! Yo estaba en mi casa, el viernes (osea, días después del primer día de clases) y llamé a un amigo, que también es profesor, y me dijo que lo llame después, porque estaba dictando clase. Fue ahí cuando descubrí que las clases ya habían empezado. Sorry”
Todos nos quedamos con la boca abierta, no sabíamos si reírnos con ella, burlarnos de ella, o no decir nada.
Lo que sí, con esto ya teníamos claro lo que nos tocaría pasar durante el ciclo, junto con la profe, cuyo apellido no diré, pero que debería ser Frescura.
domingo, 17 de mayo de 2009
Frescura
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
argh... que asco con esa profesora
ResponderEliminarpor suerte no he tenido profesores tan despistados como esa!