sábado, 4 de abril de 2009

Mil y un lesiones

Yo juego basket desde que estoy en 6to grado de primaria. Me inicie, casi de casualidad, antes practicaba atletismo en el cole, y un día, recuerdo que mi amiga Helen me dijo: tú corres rápido, deberías entrenar basket. Bueno pues, le hice caso, y empecé a entrenar basket, y desde ahí no lo dejé. Pero, es así como también iniciaron mis mil y una lesiones.

No se exactamente cómo o cuándo pasó la primera lesión, pero, de que fue en la época del cole, de eso estoy segura. Creo que fue un día, durante un partido de Adecore; de hecho, fue algo cómico, porque, se dio el salto inicial del partido, la pelota fue arrojada hacia donde yo estaba, así que salté para agarrarla, pero una petiza (sí, era enana, una niña que aún no desarrolla del todo), decidió que la mejor manera de robarme el balón era empujándome en el aire. Es así que, a pesar de sus escasos 20 kilos, me empujó, y caí sobre mi tobillo, el cual (como es claro) se dobló. Yo, con la cólera, pensé: chibola de miércoles, ya fuiste!, y cual matona decidí levantarme para aplicar mi venganza. El problema fue, que no pude dar un paso, mi tobillo no estaba normal, ese dolor no era normal. Y bueno, al suelo de nuevo.

Al sacarme la zapatilla (misión casi heroica porque no quería ni que me toquen por el dolor), mi tobillo había tomado un color fuera de lo común, y el tamaño era ya demasiado. Si quieren compararlo con algo, busquen un camote morado en sus casas, y entenderán como estaba mi tobillo en ese momento.
El hielo llegó de inmediato y lo colocaron encima de mi tobillo que a gritos pedía ser curado.
Pero, a mi más me preocupaba el saber si podría volver a jugar ese partido, y más cólera me daba, ver mi tobillo en ese estado, xq sabía que no podría retorarnar a la cancha ese día.
Es así q, luego de terminar el partido, me llevaron a la clínica más cercana, y luego de sacarme placas, y revisarme (y yo soportando cada vez más dolor), el doctor decidió que lo mejor para esa lesión, era un yeso. Lo primero que pensé fue: me fregué, no puedo jugar en lo que falta del campeonato. Pero bueno, no podía hacer nada, estaba en la clínica, con mi mamá, y yo era demasiado chibola para negarme al yeso. Así que el doc me puso el yeso de esos antiguos, blancos, inmensos, horribles.

No estoy segura si ésta es la primera lesión que tuve por jugar basket, pero si estoy segura que es la primera más grave que me pasó… el problema, es que no fue la única, ni la última…

1 comentario:

  1. jajajaja ayy u_u sigo diciendoo.. lo siento por tu rodilla=) (era necesario especificar el porque, luego van a pensar que yo era la petiza o enana xD jajaja)

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