Con este primer yeso, abrí una ventana que hasta ahora no logro cerrar. He tenido realmente mil y un lesiones. Todas jugando basket, ya sea en un partido oficial, en partido de practica o simplemente entrenando. Aun no se como mis papas no me han amarrado a la cama para que ya deje de jugar.
Pero bueno, si creen que exagero, puedo enumerar algunas: 2 yesos en el tobillo izquierdo: 3 yesos en el tobillo derecho; 1 tabladillo en el dedo gordo de la mano derecha; 1 yeso en la nariz; por lo menos 4 esguinces en el tobillo derecho y 5 en el izquierdo (q por suerte no implicaron enyesarme, pero si vendarme y no poder jugar un tiempo); 2 operaciones en la rodilla derecha, y así podría seguir, de hecho, solo menciono las lesiones más graves, xq en cierta forma opacaron a las que supuestamente fueron “leves”.
Esta lesión también la sufrí en el cole. Estábamos entrenando, como siempre, y ya estaba por acabar el entrenamiento, así que estábamos en el momento de la pichanga. Todo iba bien, nos divertíamos, chongueábamos (como cualquier pichanga), y ya la entrenadora había gritado: ultima canasta y nos vamos. Es así como recibí el balón, y decidí que yo debía meter esa última canasta. Di bote y a toda velocidad, corrí hacia el aro. Obviamente, no todo seria sencillo, y una amiga decidió intentar bloquear mi intento de encestar. Luego de correr a mi lado unos segundos, mi pie choco con algo, e inmediatamente perdí el equilibrio, mi cuerpo se fue hacia adelante, todo paso para mi muy rápido, casi ni lo recuerdo. Solo recuerdo estar en el piso, boca abajo, y escuchar pasos que se acercaban de manera acelerada a donde yo estaba. Al momento de voltearme, y abrir los ojos, vi muchas caras, pero todas con una característica: vi susto en ellas. Me preguntaron, como se suele hacer siempre: estas bien? (claro, estoy perfecta, no me ven??) Pero bueno, yo no sentía mayor dolor, solo me molestaban los raspones que tenia (xq jugábamos en cancha de cemento). Así que me levantaron, y me llevaron al toque a lavarme la cara, fue ahí cuando entendí que las cosas no estaban del todo normales, porque al meter mi rostro en el chorro de agua, el color que caía no era transparente, sino que se tornaba rojizo. Fue recién en ese momento que me asuste, xq no sabia de donde procedía la sangre, y peor aun, no sabia q tenia en la cara: estaba entera? Mis amigas vieron que mucha de la sangre salía de un corte que me había hecho en el labio, pero, tb sangraba mi nariz. Así que me llevaron al gran tópico de mi colegio, donde, la monjita de ese momento, decidió echarme una pomada (q no se realmente q era, solo espero que no haya sido crema para los hongos o algo así), mientras esperábamos a mi papá, al que ya habían llamado.
Es así como mi nariz fue decorada con un pequeño yeso blanco, que la cubrí, y encima del yeso, esparadrapo, que iba desde mis cachetes hasta la frente, es decir, si esto hubiera pasado en halloween, ya tendría el disfraz perfecto.
Pero bueno, tras 1 semana de yeso, volví a la normalidad, y claro está, a retomar los entrenamientos rogando por que no me vuelva a lesionar (aunque, muy dentro de mí, sabía que, lamentablemente, tarde o temprano volvería a pasar)
jajaja ay osha creo q tenemos algo más en común...
ResponderEliminarlas lesiones ¬¬ y remarcare LAS lesiones jajaja
mmmuuakk :D
jaja... de hecho, si yo contara todas mis lesiones, pos, seria casi crear un blog... y de hecho tu podrias hacer lo mismo facilmente xD
ResponderEliminarbuaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!! espero haber dicho mil veces lo siento!!!!!!!!!!!!!!! ya lo había olvidado :(
ResponderEliminarjajaja, es raro verte sin yeso, venda, rodillera, tobillera,.... la de la nariz fue terrible!!!
ResponderEliminargia