domingo, 5 de abril de 2009

Mil y un lesiones II

Con este primer yeso, abrí una ventana que hasta ahora no logro cerrar. He tenido realmente mil y un lesiones. Todas jugando basket, ya sea en un partido oficial, en partido de practica o simplemente entrenando. Aun no se como mis papas no me han amarrado a la cama para que ya deje de jugar.
Pero bueno, si creen que exagero, puedo enumerar algunas: 2 yesos en el tobillo izquierdo: 3 yesos en el tobillo derecho; 1 tabladillo en el dedo gordo de la mano derecha; 1 yeso en la nariz; por lo menos 4 esguinces en el tobillo derecho y 5 en el izquierdo (q por suerte no implicaron enyesarme, pero si vendarme y no poder jugar un tiempo); 2 operaciones en la rodilla derecha, y así podría seguir, de hecho, solo menciono las lesiones más graves, xq en cierta forma opacaron a las que supuestamente fueron “leves”.

Pero bueno, una de las lesiones que más recuerdo, por lo aparatoso, es cuando me enyesaron la nariz.
Esta lesión también la sufrí en el cole. Estábamos entrenando, como siempre, y ya estaba por acabar el entrenamiento, así que estábamos en el momento de la pichanga. Todo iba bien, nos divertíamos, chongueábamos (como cualquier pichanga), y ya la entrenadora había gritado: ultima canasta y nos vamos. Es así como recibí el balón, y decidí que yo debía meter esa última canasta. Di bote y a toda velocidad, corrí hacia el aro. Obviamente, no todo seria sencillo, y una amiga decidió intentar bloquear mi intento de encestar. Luego de correr a mi lado unos segundos, mi pie choco con algo, e inmediatamente perdí el equilibrio, mi cuerpo se fue hacia adelante, todo paso para mi muy rápido, casi ni lo recuerdo. Solo recuerdo estar en el piso, boca abajo, y escuchar pasos que se acercaban de manera acelerada a donde yo estaba. Al momento de voltearme, y abrir los ojos, vi muchas caras, pero todas con una característica: vi susto en ellas. Me preguntaron, como se suele hacer siempre: estas bien? (claro, estoy perfecta, no me ven??) Pero bueno, yo no sentía mayor dolor, solo me molestaban los raspones que tenia (xq jugábamos en cancha de cemento). Así que me levantaron, y me llevaron al toque a lavarme la cara, fue ahí cuando entendí que las cosas no estaban del todo normales, porque al meter mi rostro en el chorro de agua, el color que caía no era transparente, sino que se tornaba rojizo. Fue recién en ese momento que me asuste, xq no sabia de donde procedía la sangre, y peor aun, no sabia q tenia en la cara: estaba entera? Mis amigas vieron que mucha de la sangre salía de un corte que me había hecho en el labio, pero, tb sangraba mi nariz. Así que me llevaron al gran tópico de mi colegio, donde, la monjita de ese momento, decidió echarme una pomada (q no se realmente q era, solo espero que no haya sido crema para los hongos o algo así), mientras esperábamos a mi papá, al que ya habían llamado.
Mi padre llegó y me llevo al toque a la clínica, en donde me sacaron una placa, y me hicieron esperar un rato. Yo ya sentía el dolor, y este se localizaba ahora en mi nariz, la cual estaba un poco hinchada, pero por suerte, entera. Lo sorprendente fue, que luego de sacarme la placa, los médicos de ese momento me indicaron, que el otorrino no estaba, y que debía regresar mas tarde, pueden creerlo?? Pero bueno, no me quedaba de otra, así que me fui a mi casa, casi como si nada, y regrese horas mas tarde a la clínica. El otorrino vio mi placa y me mostró la lesión: tenía un pequeño esguince en el tabique, y una pequeña desviación, traducido, debía enderezarlo. Lo que siguió, fue lo más doloroso que pude sentir, y aunque suene ilógico, o extraño, fue cuando aplico la anestesia, y es que se sentía como un ardor espantoso que recorría la nariz, la frente y los ojos. Luego de eso, ya nada molestaba, y el doctor pudo proceder a enderezar la nariz, para lo que tuvo que meter en cada fosa nasal una especie de tubito, y luego de un movimiento, la nariz ya estaba en su sitio.
Es así como mi nariz fue decorada con un pequeño yeso blanco, que la cubrí, y encima del yeso, esparadrapo, que iba desde mis cachetes hasta la frente, es decir, si esto hubiera pasado en halloween, ya tendría el disfraz perfecto.

Pero bueno, tras 1 semana de yeso, volví a la normalidad, y claro está, a retomar los entrenamientos rogando por que no me vuelva a lesionar (aunque, muy dentro de mí, sabía que, lamentablemente, tarde o temprano volvería a pasar)

4 comentarios:

  1. jajaja ay osha creo q tenemos algo más en común...
    las lesiones ¬¬ y remarcare LAS lesiones jajaja
    mmmuuakk :D

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  2. jaja... de hecho, si yo contara todas mis lesiones, pos, seria casi crear un blog... y de hecho tu podrias hacer lo mismo facilmente xD

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  3. buaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!! espero haber dicho mil veces lo siento!!!!!!!!!!!!!!! ya lo había olvidado :(

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  4. jajaja, es raro verte sin yeso, venda, rodillera, tobillera,.... la de la nariz fue terrible!!!
    gia

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