sábado, 7 de noviembre de 2009

Descarga

Hoy una amiga se ganó mi descarga emocional.
Una descarga que la tenía y la tengo guardada.
Una descarga que prefería no decir.
Pero, muchas veces es inevitable.
Muchas veces es preciso decir las cosas como son,
Y que la gente no crea que todo esta perfecto,
Que no hay problema,
Que está bien actuar así.

Pero, no es así.
Existe el correo electrónico.
Existe el celular para llamar.
Existe el celular para mandar mensajes de texto.
Existen los teléfonos públicos de tan solo 30 centavos para llamar.

No tengo problema con que me cancelen.
Con lo que si tengo problema es con no me avisen.
Con que no se dignen a cancelar su asistencia.
Con que no me avisen que no debo esperarlos.
Que sea necesario que yo los llame para enterarme que no irán.

Existen mil excusas.
Que por culpa del clima se resfrío.
Que un familiar está enfermo y debe cuidarlo.
Que el carro en el que iba se malogro y no podrá llegar.
Que no consiguió dinero.
Que ese día tenía una actividad familiar.
En fin, mil y un excusas, que, en cierta forma, me vería obligada a aceptar y entender.

Pero como aceptar o entender cuando no se nada.
Cuando, no dan señales de vida.
Cuando espero y espero y no llegan.

Hoy mi amiga se ganó con esta descarga.
Se ganó con mi cólera.
Con mi resentimiento.

Pero, ella y todos saben, que esto no me dura siempre.
Que tarde o temprano lo olvidaré.
Que más temprano que tarde ya me habré olvidado de todo.
Que aunque me de rabia lo pasado, yo perdonaré.
Perdonaré como siempre lo hago
Perdonaré como todos saben que lo haré.

Esta fue mi descarga emocional.
Mi descarga guardada tras celebrar un cumpleaños distinto.
Tras festejar un año más de mi vida.
Una descarga que nace por no tener presente ese día a quienes yo creía “infaltables”.
Esta es mi descarga emocional, que se lleva consigo la rabia, el rencor.
Esta es mi descarga emocional que trae consigo el perdón y el olvido.

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