martes, 17 de noviembre de 2009

Asiento Reservado

Cuántas veces se han subido a una combi o bus, cansados, esperando encontrar pronto un asiento, y han descubierto que esa posibilidad es muy remota?

Todas las mañanas tomo mi carro para irme a la chamba, y ya tengo bien claro algo: iré parada un buen tramo. Pero, que cólera da cuando ves que tus probabilidades de sentarte se alejan.
Subes y te paras cerca de una persona que al parecer va a bajar; es decir, no me paro al costado de los que duermen, ni de los que están leyendo, porque, muy probablemente bajarán mucho más adelante.

Sigue subiendo gente y me veo obligada a moverme para evitar que me aplasten y viajar un poco más cómoda. Segundos después, la persona que estaba sentada donde yo estaba parada dice: baja en la esquina. “RAIOS! Por qué me moví!?” pienso. En fin, ya se bajará otra persona.

El carro sigue su trayecto, y ya me cansé de luchar con los baches y frenadas en seco del carro. Veo mi posibilidad de sentarme, alguien bajará. Sube más gente, y entre ellos una viejita. Pues, qué puedo hacer!? Asiento reservado… 2da oportunidad perdida y mis piernas y brazos desean un receso.

“En cualquier momento alguien se baja y me sentaré”, ingenuamente pienso. Pero bueno, nada muy alejado de la realidad. Minutos más tarde alguien se baja. Pero estaba sentado en el asiento más incomodo. Era de esas personas que con tal de ir sentada, no le importa si va encima del motor. Yo estoy cansada, pero nunca tanto para ocupar ese asiento. Prefiero seguir parada.

Un rato más tarde, otra persona se baja, y parado frente a esa persona está un chico. Pienso: “tiene cara de ser caballero, me cederá el asiento”. Segundos después, el “caballero” posa sus cuatro letras en el asiento que según yo ocuparía.

Ya se acaba mi trayecto, TODOS están sentados. Soy la UNICA parada. Al menos voy cómoda y nadie me empuja (vale pensar en positivo).

Llegué a mi destino y nunca me senté. Me bajo yo, y detrás mío otro grupo de personas. La combi esta vacía con muchos asientos libres.

Ni modo, para otra será… eso creo.

3 comentarios:

  1. al menos tu no viajaste parada desde la u de lima hasta la pucp...

    ResponderEliminar
  2. Upas... eso suele pasar; es lo que algunos llaman la Ley de Murphy jaja. Bueno, para mí es desagradable transitar largos trayectos a pie, igual es desagradable. Aunque, te paso un dato, acá en Chile las cosas no son tan distintas. El Metro pasa lleno, y no tienes asientos si es que no te subes en las estaciones en el tren inicia su trayecto. Los buses son la misma historia. A esta altura yo me estoy preguntando ¿por qué no le sacan los asientos a los buses? Jajaja ;-D

    Te dejo un abrazo mi estimada amiga.

    ResponderEliminar
  3. en cuestiones de asientos no existen caballeros en un carro excepto en el asiento reservado por que hay una ley :)

    saludos!

    ResponderEliminar