El miércoles de la semana pasada me fui a la majestuosa ciudad del cusco junto con mis padres, mi hermano y una prima. Yo no había viajado en la época del colegio, porque el domingo que regresaban del viaje yo tenía que dar un examen de la academia, que valía para mi ingreso a la universidad.
Fueron cinco días de visitar diferentes paisajes,
Diferentes espacios
Diferentes realidades
Diferentes zonas
Cada visita a un espacio nuevo era un reto. Y es que la altura de hecho se sentía.
Pasar de estar al nivel del mar, a subir a más de 2000 metros suele chocar.
A esa altura lo que te suele acompañar es el soroche.
Por suerte a mi me dejó tranquila. Sin embargo no todo fue perfecto.
Mis pulmones y mi corazón tuvieron que trabajar a toda marcha para soportar las largas caminatas.
Mi rodilla aguanto lo más posible las subidas y bajadas en las escaleras incas.
Mi estomago se vio obligado a digerir los alimentos de la forma más lenta imaginable.
Y aunque complicado, fue un buen viaje.
El clima jugo a nuestro favor. Las lluvias aparecían cuando estábamos bajo techo, y desaparecían al salir.
El sol iluminó nuestros caminos durante las visitas
Los carnets universitarios permitieron que se pague la mitad
Un clima algo loco
Lluvia, frio, clima seco, sol, granizo, truenos, rayos, relámpagos.
Pero esto agregaba el toque especial al viaje, y lo tornaba interesante e impredecible.
Comida por todos lados
Recuerdos de todo tipo
Turistas de todo lado
Taxistas por todas partes
Cusco nos acogió por 5 días
Cusco nos abrió sus puertas y nos mostró lo mejor de si
Y aunque cansado y hasta “matado”, fue un buen viaje
Un viaje para guardar en la memoria
Para tenerlo en la parte superior del baúl de los recuerdos
Toca esperar un próximo viaje
Ya que, siempre es bueno respirar nuevos aires.
Fueron cinco días de visitar diferentes paisajes,
Diferentes espacios
Diferentes realidades
Diferentes zonas
Cada visita a un espacio nuevo era un reto. Y es que la altura de hecho se sentía.
Pasar de estar al nivel del mar, a subir a más de 2000 metros suele chocar.
A esa altura lo que te suele acompañar es el soroche.
Por suerte a mi me dejó tranquila. Sin embargo no todo fue perfecto.
Mis pulmones y mi corazón tuvieron que trabajar a toda marcha para soportar las largas caminatas.
Mi rodilla aguanto lo más posible las subidas y bajadas en las escaleras incas.
Mi estomago se vio obligado a digerir los alimentos de la forma más lenta imaginable.
Y aunque complicado, fue un buen viaje.
El clima jugo a nuestro favor. Las lluvias aparecían cuando estábamos bajo techo, y desaparecían al salir.
El sol iluminó nuestros caminos durante las visitas
Los carnets universitarios permitieron que se pague la mitad
Un clima algo loco
Lluvia, frio, clima seco, sol, granizo, truenos, rayos, relámpagos.
Pero esto agregaba el toque especial al viaje, y lo tornaba interesante e impredecible.
Comida por todos lados
Recuerdos de todo tipo
Turistas de todo lado
Taxistas por todas partes
Cusco nos acogió por 5 días
Cusco nos abrió sus puertas y nos mostró lo mejor de si
Y aunque cansado y hasta “matado”, fue un buen viaje
Un viaje para guardar en la memoria
Para tenerlo en la parte superior del baúl de los recuerdos
Toca esperar un próximo viaje
Ya que, siempre es bueno respirar nuevos aires.
Oye, estupendo viaje. Desde hace mucho tiempo que tengo ganas de ir allí, pero no le he puesto el ímpetu necesario... pronto tendré que ir, porque el paisaje que muestras en la fotografía es realmente hermoso. Me alegro mucho de que hayas podido estar en tan bello lugar ;-D
ResponderEliminarTe dejo un abrazo esperando que estés bien.
me alegra que hayas pasado genialísimo...
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